martes, 3 de marzo de 2009

Deficiencias nutritivas contribuyen a la perdida del cabello

El cabello, al igual que la piel y las uñas, se halla en constante renovación y su metabolismo y regeneración son muy sensibles a los déficits nutricionales.

De hecho, cualquier déficit vitamínico, mineral o proteico puede ocasionar debilidad, fragilidad y caída de cabello. La falta de hierro o anemia ferropénica puede provocarla. Una deficiencia en hierro, incluso sin llegar a padecer anemia, puede deteriorarlo y provocar su caída.

El cabello está compuesto también de otros minerales: magnesio, silicio, selenio, cobre... y para mantenerlo sano hay que garantizar la ingesta de estos nutrientes a través de la dieta. También es fundamental mantener un buen aporte de proteínas de alta calidad biológica: huevos, leche, queso, pescado..., sin olvidar las grasas de origen vegetal (frutos secos y aceite de oliva) que evitan tener el cabello seco y quebradizo. El ácido linoleico (presente el aceite de girasol y de soja) es esencial para gozar de un cabello brillante y sano.Las deficiencias nutritivas pueden contribuir a la perdida de pelo debilitando su estructura, causando roturas y un regeneramiento lento. Estos problemas con el pelo que son causados por deficiencias nutricionales pueden ser corregidos con una dieta apropiada y equilibrada. Los principales elementos que están involucrados son la vitamina A, vitamina B, la biotina, vitamina C, cobre, hierro, zinc, proteínas, y agua.

Si bien la caída del cabello o alopecia es una patología típicamente masculina, las mujeres también pueden verse afectadas por ella. En efecto, y cada vez más por el ritmo de vida y el estrés dominante en la cultura occidental contemporánea, las mujeres sufren la pérdida de uno de sus atributos estéticos por excelencia: el cabello.

Pero la caída del pelo tiene claras diferencias en hombres y mujeres. Esto se debe a las particularidades que les confiere la acción de las hormonas sexuales, base de un cúmulo de procesos que se desarrollan en formas diferentes en el organismo masculino y femenino. Esto es fácilmente observable para los especialistas, los cuales advierten, sin embargo, que existen otros factores coadyuvantes que influyen de la misma manera para ambos.

La primera de las diferencias, es que la alopecia femenina tiene dos etapas críticas de presentación durante la vida. Estos momentos están, en efecto, marcados por un funcionamiento hormonal. La caída del cabello es bastante frecuente de observar en mujeres en periodo post-parto. El reordenamiento hormonal provocado por la función de la procreación afecta en muchas mujeres la salud capilar, aunque no de manera permanente. En los 3 a 6 meses que siguen al alumbramiento, este trastorno tiende a regularizarse, y el cabello de la mamá vuelve a gozar de la buena salud y belleza acostumbradas.

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